UN
OCÉANO DE PALABRAS EN UN MAR DE
LIBROS (2003)
Los libros y las maletas.
En primer lugar, buscamos libros relacionados
con el mar y con ellos llenamos tres maletas viajeras. Durante tres meses
estuvieron navegando por las distintas clases del centro para que niñas y niños
pudiesen leer y mirar ilustraciones. El mar, ese espacio inmenso que nos
resulta tan ajeno por estas tierras, pero tan frecuentemente deseado por sus
playas, se acercaba así de la mano de la literatura hasta nuestras aulas.
Cada niña y cada niño de cada clase realizaba
un dibujo o escribía un texto sobre lo que había leído, imaginado, soñado o
sobre lo que recordaba de sus experiencias con el mar. Todo lo escrito y
dibujado se expondría más adelante en la Biblioteca Escolar.
Los materiales de trabajo.
Las personas componentes del Seminario de BLI
fuimos preparando diversos materiales para el alumnado: un ABCdario, tamaño póster,
para todos los niños y niñas de Infantil y Primer Ciclo de Primaria, para leer
y colorear y un juego de memoria para cada una de las clases de esos dos
ciclos nombrados, con los dibujos del ABCdario convenientemente plastificados.

La ornamentación.
Colgaban de los pasillos de los edificios
muchas siluetas coloreadas de animales marinos y barcos. La sala de la
biblioteca sorprendía a los visitantes con unas ventanas convertidas en
acuarios y fondos marinos de cuidada y delicada realización.

Además convirtieron las
ventanas de la biblioteca en acuarios y fondos marinos que daban (y aún le dan,
porque nos resistimos a quitarlos) a la sala un precioso aire marinero. Fue,
sin lugar a dudas, la guinda del pastel y un complemento hermoso a todo lo que
la biblioteca contenía.
Justo será que nombremos a todas las madres
que participaron en esa actividad: Blanca Portolés - Araceli Aguilar - Ángeles
Navarro - Gloria Navarro - Toni Cabrera - Mercé Senís - Mª Carmen Cabrera -
Presen Hernández y Erika Sterner.
Los cuentos.

El tazo.
Tras asistir a la sesión de “cuentacuentos”
los niños y niñas del colegio recibían un tazo con cara y cruz. La “cara” estaba
dedicada a la actividad sobre el mar y la “cruz” quería ser un
recordatorio de los 15 años ininterrumpidos que lleva funcionando la Biblioteca
Escolar.
La exposición.
Recogía todos los libros que habían estado
circulando durante el trimestre en las tres maletas viajeras y algunos más.
Además, se exponían todos los dibujos y textos escritos por el alumnado; unos
en el pasillo del edificio A, en cuatro expositores acristalados, y el resto
encuadernados por niveles en la sala de biblioteca. También había un cuaderno
de visitas, donde quienes veían la exposición escribían sus impresiones sobre
la misma.
Mariano Coronas Cabrero
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